martes, 24 de julio de 2012

*Capítulo cuatro.

¡Hola! Bueno, perdón por haber tardado tanto en subir, pero mis padres se fueron de viaje, y yo me quedé en casa de mi hermana, y tenía el capítulo en mi portátil, en mi casa. Pero como me daba mucha cosa subir cuando volvieran mis padres, he vuelto a reescribir el capítulo ahora. Es largo, tan largo como mi cuello me ha permitido. Espero que os guste y que comentéis vuestra opinión. Siento no haber añadido a nadie en este capítulo, pero tengo todas las fotos y las descripciones en mi portátil, y sin ellas no podía añadiros. Lo siento. 
-----------------------------------------------------------------------------------------------






"
Frank, no quiero perderte...
¿Acaso crees que me perderás?
Sí. Siento que algo va a pasar, que algo nos va a separar...
Lacie, escúchame. Pueden pasar miles de años, puede pasar toda mi vida, nos pueden separar, me pueden matar, nos pueden matar. Pero yo te seguiré amando, porque mi corazón es tuyo, solamente tuyo. De aquí, a la eternidad. 
"


Me giré en la cama para ver si Blair seguía ahí. Estaba de espaldas a mí, mirando la pared. Sabía que estaba enfadada conmigo, y que probablemente no querría hablarme. Supuse que me lo merecía, porque ella y yo hasta el momento en que pasó lo de Frank, manteníamos una especie de amistad. Algo así como lo que tenía con Jazyla, pero no tan importante como eso. Era algo extrañamente nuevo para mí. Me senté en el borde y cogí aire, antes de hablar.
—Sinceramente no quiero saber qué te traes con Frank—dijo Blair antes de que pudiera hablar—no me importa si le quieres, si te gusta, o si le gustas. Sólo quiero que me olvides, que olvides que alguna vez quise ser tu amiga, y que no me hables durante todo el tiempo que estés aquí.
Tragué saliva y asentí. Era lo mejor. Sin duda no tenía que haber puesto en peligro la seguridad de una chica como ella, ni de Arthur. Yo no tenía que haber metido a nadie más que a Frank en esto. Pero siempre se me complicaban las cosas, siempre. Salí del edificio, era temprano, calculaba que las cinco y media de la madrugada aproximadamente. Suspiré, dejando que el aire removiera mi pelo, cuando sentí a alguien detrás de mí.
—Es él, ¿verdad?—pregunté. Escuché una carcajada disimulada, y Leo se colocó a mi lado.
—Si te lo digo iría en contra de las reglas—contestó.
—¿Qué reglas?—le miré.—Esto no es un juego.
—No para ti, pero para mí sí lo es.—Sonrió y me crucé de brazos, alejándome.—Oh vamos, Lacie, ¿te molesta que me divierta?—me cogió de la barbilla, obligándome a mirarle a los ojos.
—No, me molesta el juego—contesté apartando la vista.—Sabes que llevo esperando esto desde hace años, desde que ocurrió todo, ¿por qué te empeñas en no dejarme hacer lo que debo?—Leo se giró y me dio la espalda, cruzándose de brazos y suspirando profundamente.
—La persona que estás buscando tan desesperadamente es la razón por la que has vivido estos últimos años, Lacie. La persona por la que nunca te has dejado vencer, por la que has estado en vela día y noche, por la que has llegado a matar. ¿Qué pasa si te dijera quién es?—me miró.—¿Qué harías? Le dirías: llevo buscándote desde que tengo uso de razón, pero tú no me recuerdas. ¿Eh? ¿Le dirías eso? ¿Le contarías todo su pasado? ¿El oscuro pasado que él decidió olvidar por su propia voluntad? Decidió olvidarte Lacie, no tienes derecho a violar eso. Tú también deberías olvidarle.—Le interrumpí, corrompida por la ira.
—¡No!—grité—¡Tú no sabes nada! ¡No sabes lo que él me dijo antes de que pasara todo! ¡Él me amaba, me amaba!—noté que dos gotas saladas salían de mis ojos—¡Me pidió que lo recuperara, así me costara la vida! ¡Lo prometí y lo cumpliré! ¡Porque habrán pasado setenta y nueve años, pero yo sigo amando a Frank!
—¿Frank?—preguntó alguien a mi espalda. Me giré, lentamente, y no pude evitar arrepentirme de haber dicho aquel nombre en voz alta. Vi al chico moreno, con gafas de sol, el mejor amigo del ya mencionado.—Ven, tenemos que hablar.
—No—contestó Leo antes de que pudiera contestar yo—Lacie y yo tenemos aún asuntos pendientes.—Me cogió del brazo y me pegó a él. Yo simplemente bajé la vista, sabiendo de antemano lo que iba a suceder.
—Conoce a Frank desde hace casi ochenta años, es mi mejor amigo, y ella me tiene que explicar lo que está pasando—miró a Leo—a no ser que lo quieras hacer tú.
—¿Tú?—preguntó con sorna Leo—¿cómo te atreves, niño?
—Arthur, vete—dije. Él se negó, acercándose—joder, que te vayas, luego hablamos, de verdad—volví a decir. Arthur me miró, con gesto desaprobador, y se marchó. Me giré a observar a Leo a los ojos, dejando que me llevara a donde nadie nos viera. Él necesitaba saciarse de mí, y yo de él.


Dos meses después, las cosas no habían cambiado mucho. Blair seguía sin dirigirme la palabra, de vez en cuando intercambiábamos varias palabras, las justas para saber los trabajos de alguna materia, o los exámenes fijados. Arthur, por iniciativa propia, había decidido no dejarme sola en ningún momento, así que salía con él, Frank, y sus amigos durante mis horas libres. El director tuvo una pérdida en su familia, por lo que decidió cancelar las clases durante una semana, así que todos teníamos tiempo suficiente para divertirnos, y ponernos al día con los estudios. Esa noche habíamos decidido hacer una fiesta en los jardines traseros, e iba a asistir casi toda la escuela. Salí de la habitación a la par que Blair, porque aunque salía con Arthur, ella venía con nosotros, ya que también eran sus amigos. Yo intentaba pasar lo más desapercibida posible entre todos aquellos vampiros y humanos que Arthur tenía por amigos, aunque a veces se me hacía algo imposible. 
Llegué al jardín trasero y me dispuse a sentarme sola, cerca de una chica que reconocería a mil kilómetros a la redonda. 
—¿Qué haces aquí?—pregunté acariciando el cabello de la chica.
—Vine a visitarte, supongo que me tendrás que contar cosas—se giró y se acercó a mí, sonriendo.
—Jazyla, eres menor para estar aquí—contesté con una sonrisa.
—En realidad tengo más edad de algunos de los que hay aquí—susurró. Reí y la miré.
—¿Quién eres tú y qué has hecho con Jazyla? La chica que jamás se ha saltado una norma—dije mirando la bebida que traía en las manos.
—¿Qué es?—dijo mirándola. 
—Whisky—contesté.—Demasiado fuerte para ti.
—¿Desde cuándo bebes?—preguntó inocente.
—Desde hace setenta y ocho años.
No volvimos a dirigirnos una palabra después de dar a entender que mi cabeza estaba centrada en aquellos recuerdos vanos que cada día cobraban más sentido en mi cabeza. Todavía no había averiguado si el Frank de mis recuerdos era el mismo Frank Lapiccolo, pero de lo que sí estaba segura, era de que aunque no fuese él, aquel chico tenía una relación conmigo, o al menos la tuvo en un pasado.
Levanté la cabeza y vi que Frank se acercaba a Blair, le susurró algo en el oído, y ambos, de la mano, se alejaron de la fiesta. Una parte de mí se preocupó, cuando la mente de Blair sólo pensaba en beber la sangre de Frank. Y algo me decía, que no podía permitir eso. Me excusé de Jazyla y fui detrás de ellos tan sigilosamente como pude. 
—¿Entonces la quieres?—preguntó ella.
—Sí—contestó.—Pero sabes que tú has estado la primera siempre.
"
¿La primera por delante de todas?
Has sido mi primera, y mi única.
"
—¿Entonces quieres salir conmigo?
—Sí Blair, eso es lo que quiero.
—No te creo.
"
He visto como la miras, ¿aún quieres que crea que me quieres solamente a mí?
Te juraría amor eterno si así me creyeras.
Hazlo.
"
—Pero aquel beso...—él la interrumpió.
—Sólo fue eso, un beso. Ambos estábamos haciendo el idiota aquella noche, apenas nos conocíamos, y desde entonces no hemos vuelto a pasar un rato más a solas. Blair, créeme, la quiero, como amiga. Mis sentimientos hacia ti van mucho más allá.


Canción para poner de fondo (opcional).


Y después de eso, silencio. Supuse que allí sobraba, por lo que me fui de nuevo a la fiesta, pero Jazyla ya no estaba. Llené el vaso de más alcohol. Siempre había oído, que cuanto más te emborrachas, más fácil es el olvido. Y eso fue lo que me propuse hacer aquella noche. Olvidar que era un vampiro, olvidar que podía matar con la mirada. Me propuse ser normal por un momento, y aclarar si realmente sentía algo por Frank. 
Dos horas después, estaba bastante afectada, pero a las cuatro de la madrugada, ya no me tenía en pie. La cuarta vez que me caí, Frank fue el que me levantó.
—Te has pasado—le escuché decir con una sonrisa fingida.
—Bah—contesté.—¿Qué te pasa?—pregunté.
—Nada—me contestó sentándome en las escaleras de la puerta principal.
—Sé que te pasa algo—contesté mirando al suelo, frotándome los ojos.
—Me he sincerado con Blair—comenzó a decir—y parece que no le ha gustado...
—¿Qué le has dicho?—pregunté.
—Lacie—me cogió de las manos—¿qué eres para mí?—le miré e intenté asimilar la pregunta, intenté contestar a la pregunta que llevaba haciéndome todo ese tiempo.
—No lo sé—contesté.
—Yo tampoco—contestó.—Intento averiguar por qué eres tan extrañamente importante para mí, por qué parece que te conociera de siempre...—le interrumpí.
—Bueno, serán imaginaciones tuyas—dije. Asintió.
—Espero que sea así, sinceramente—sonrió.
—¿Qué ha pasado con Blair?—pregunté intentando cambiar de tema.
—No quiere saber nada de mí—dijo. 
—Lo siento—contesté. Encogió los hombros.—¿Es por el beso?
—Sí—contestó frío.—Por eso tengo que disculparme—me miró.
—¿Por el beso?—pregunté extrañada.
—Sí—contestó.—No debí besarte, lo siento—me cogió de las manos.
—No es...nada—susurré. Me solté de sus manos.—¿Te hace un trago?—dije ofreciéndole la botella.
—La verdad es que sí—la cogió y le dio un trago bastante largo.
—Tranquilo fiera, que es muy fuerte—dije sonriendo.
—Podré con ello—me guiñó un ojo. Le quité la botella y bebí yo.
—Blair me odia—dije mirando al frente.
—Y a mí—dijo Frank cogiendo la botella.
—Odio esta escuela—dije.
—Odio estudiar—contestó él.
—Arthur me odia también—dije, agarrando la botella de nuevo.
—Blair tiene ganas de ahorcarme—contestó él riendo irónicamente.
—Si pudiera matarlo cada vez que me mira con esa cara de "no deberías estar aquí", habría pasado más tiempo muerto que vivo—dije.
—Ella no entiende que la quiero—dijo él.—No le entra en la cabeza de piedra que tiene.
—Y la semana que viene tengo ocho exámenes—añadí bebiendo durante bastante tiempo.
—Mi padre quiere que pase la navidad con ellos—dijo él. 
—Quiero volver a ver a la razón por la que vivo, Frank—le miré.
—Empiezo a creer que la mía eres tú—me miró.
—Has dado en el clavo, chico—se escuchó por detrás. Me giré tragando saliva.
—Ki...Kiré—murmuré. Me levanté, poniendo a Frank detrás mía.—¿Qué estás haciendo aquí? 
—Pasaba por aquí, y te escuché pensar que no entendías por qué Frank aparecía en todos tus recuerdos—contestó. Frank se puso de pie a mi lado, mirándome.
—¿En tus recuerdos? ¿La escuchaste pensar? ¿Qué está pasando?—preguntó mirándonos alternativamente.
—Vete—dije. Me cogió de la mano, tan fuerte como pudo.
—No—contestó.—¿Quién eres?
—Kiré Menkaire—contestó ella.—Un placer, Frank Lapiccolo—le tendió la mano, y él la rechazó.
"
Prometí dejar de ser vampiro.
¿Quieres ser una simple humana? ¿Envejecer y perder a Frank para siempre?
Eso es exactamente lo que él me pidió.
Él sigue siendo vampiro, Lacie.
Nunca me mentiría.
"
—¿Cómo sabes mi nombre?—preguntó sorprendido.
—Sé muchas cosas de ti. Cosas que ni tú mismo sabes.—Frank me miró y se acercó a mi oído.
—Tranquilízate. ¿La conoces?—lo cierto es que estaba temblando, pero no de miedo. Sino, de rabia.
—Frank, yo...vete—volví a pedir. Él se negó.
—Vaya, la princesa vampiro tiene miedo de la persona que la convirtió—dijo Kiré. 
—¡Calla!—grité. Miré a Frank, quien había soltado mi mano.
—¿Princesa vampiro? ¿Convertir? Ahora sí que no entiendo nada—contestó él.
—¡Frank!—Arthur, apareció por detrás, cogiendo a este por el brazo y llevándoselo consigo—no pintas nada aquí.
—Vaya, otro más, ¿cuántos hay aquí?—preguntó Kiré divertida.
—Kiré, Frank es humano, si descubre que...—me interrumpió.
—¿Qué? ¿Crees que no sé que si descubre que somos vampiros hay que convertirle o matarlo?—preguntó de nuevo. Frank se soltó de Arthur y me agarró por los hombros.
"
Si alguien descubre que me has convertido tú...
Leo me dio instrucciones de hacerlo.
¿Leo? ¿Leo te lo permitió?
Leo me lo ordenó.
"
—¿Qué está ocurriendo?—gritó. Le miré, dejando que volviera a sentir esas molestas gotas por mis mejillas.
—Frank... yo... y Kiré...—me interrumpió ella de nuevo.
—Y ese chico—dijo con una sonrisa.
—¡No!—dije mirándola.—Arthur no tiene nada que ver en esto—dije.—Frank—me miró—¿crees en los vampiros?
"
¿Alguna vez creíste en los vampiros?
No hasta que descubrí que el amor de mi vida era uno.
"
—No...—musitó.
—Deberías comenzar a hacerlo—abrí la boca, lo suficiente como para que viera mis colmillos. Retrocedió tres pasos, hasta chocar con Arthur. 
—¿Eres un...?—asentí. Miró a Arthur.—¿Tú también?—él asintió vagamente.—Dios, ¡sois unos monstruos!—intentó salir corriendo, pero Kiré lo frenó.
"
Los vampiros somos monstruos, no tenemos corazón, ni sentimientos, por eso no sentimos el remordimiento cuando matamos, ni la pena cuando nos suplican. Estamos hechos para matar. No para sentir.
Entonces debo ser una nueva raza de vampiro, porque lo que siento por Frank va más allá de los objetivos por los que fuimos creados.
"
—¿Sabes qué me resulta irónico? Nos estás llamando monstruos, cuando tú eres uno de nosotros—dijo riendo. Frank se dio la vuelta y me miró, después miró a Kiré.
—Yo no soy ningún...vampiro—susurró. 
—Oh, sí que lo eres—dijo ella—permíteme.—Rápidamente se había colocado en su cuello, a punto de saborear la sangre del chico que era mi protegido. Me acerqué y la empujé, y salió volando literalmente hacia la pared del edificio.
—Ahora...lo entiendo...—susurré al lado de Frank. Le miré, cogiendo aire—Perdóname.
"
¿Hay algo mejor que beber tu sangre?
Si dices eso de la mía, es que jamás has probado la de Frank.
Suenas a humana enamorada.
No soy humana. Soy una vampiro enamorada. Enamorada del descendiente más cercano del clan de Vincent y Beatrice.
"
Y antes de que Arthur lo pudiera evitar, la sangre de Frank estaba entrando en mi cavidad bucal. Él no se resistió, más que nada, pareció ausentarse en su propia cabeza. Todo comenzaba a encajar en mi cabeza, todos los recuerdos se ordenaron cronológicamente, vi la imagen del chico de mis recuerdos, comprendí mi pasado, me di cuenta de que mi edad era mayor de la que creía, entendí por qué era todo tan divertido para Leo. 
Frank se agarró a mi brazo, antes de caer de rodillas, y que tuviera que sacar los colmillos violentamente de su cuello. Me miró, y sus ojos ya no eran verdes. Aquel tono se había ido. Frank Lapiccolo se había ido. Sus ojos se tornaron en rojo, en un tono rojo sangre, un tono que hacía centenas de años que no veía. Había vuelto, todo estaba claro en aquel momento. O al menos casi todo. Frank Frembail había regresado. 
"
Estás rematadamente loca. Te has enamorado de un monstruo.
¿Acaso nosotros, la simple raza de los vampiros, no lo somos?
¿Tú te consideras como tal?
No del todo, Kiré. Yo me siento más persona que monstruo, porque siento, porque mi corazón palpita por él. Escucha mis latidos. Escúchalos.
"

7 comentarios:

  1. Es perfecto y ya no se que más decirte porque me has dejado sin palabras y lo único que puedo decir es que es perfecto. Soy: VioletBM_JBYRP

    ResponderEliminar
  2. Okay, eh intentado publicar mi comentario 3 veces y las 3 se me ha borrado -___-

    Igual no tengo mucho que decir, tu comentario me dejo SIN PALABRAS. Fue perfecto, emocionante y muy lkfsadhlkhadgkjl, literalmente, sobretodo la última parte. En serio, no tengo ni idea de que decir solo que necesito que la sigas porque tengo que terminar de entender lo que pasa! es que tu novela es tan alsjkjfakjfklhajkfh, en serio, no se que más decir aparte de eso.
    Cuidate ¿ok? @thatsJuliette ;)

    ResponderEliminar
  3. Dios! me ha encantado y tengo unas ganas tremendas de volver a leer el próximo capitulo :3

    ResponderEliminar
  4. JO-DER
    Tía, cómo se te ocurren todas esas cosas????????
    WAOH, DE VERDAD. ME EN-CAN-TA. SIGUE SUGIE SIGUE SIGUE SIGUE!
    Un besooo :D <3 <3

    ResponderEliminar
  5. ME-ME-TAS. Así de claro. Estoy jodidamente enganchada tu novela, de verdad. Es como una puta droga. De verdad que a mi ya no me quedan palabras para describir tu capitulo y vamos por el cuatro, no se que haré más adelante. Está increiblemente genial. Siempre pienso que no vas a poder superate, que ya es demasidao perfecto. Pero siempre lo haces. Siempre te superas. Y eso me encanta. Creo, sienceramente, que este es uno de los mejores capitulos. Anque claro, me harás rectificar porque tu novela es perfecta. Y el final, sobretodo, ha sido matante. Matante con todas sus letras. Es demasiado para mi, lo juro. Espero el siguiente capitulo, tengo inmensas ganas de saber que pasa hsdcgjhclasdfv. Un besazo, @feelyourdream.

    ResponderEliminar
  6. Hostia, es increíble. ¡Increíble! Juro que no consigo entender como tienes tanta imaginación. Es asombroso lo mucho que se te puede ocurrir... Además lo escribes y narras de maravilla. Joder, es un gran placer leerte. Sé que quizá estés cansada de leer siempre lo mismo, pero es que ya no sé ni qué decirte. ¡Te superas con cada capítulo! La historia es magnífica. Dios, es tan diferente... Y tan complicada de entender. Pero eso es algo que me gusta. Que siempre tienes algo con lo que dejarme a medias, o con lo que pensar '¿Y esto ahora a qué se debe?'. Que sepas que el final ha sido asombroso. Buff, ahí si que no tengo palabras. Sinceramente no me lo esperaba, me has vuelto a sorprender. ¡Le ha convertido! ¡He flipado en colores! Lo juro. Aunque hay cosas que no entiendo. ¿Se supone que Frank fue vampiro también? ¿Entonces por qué ahora era humano? ¿Pueden convertirse en humanos si quieren? Son demasiadas preguntas, y quizá parezco gilipollas pero me cuesta pillar el hilo de las cosas. Espero entenderlas cuando vaya leyendo más capítulos, claro está. ¡Quiero leer ya el siguiente! A saber que puede ocurrir...
    Un besito. (@whispersloudly_)

    ResponderEliminar
  7. Ooomg este capitulo es perfecto ahora yo tambien lo entiendo todo ahora me voy a leer el proximo y te juro que hare un comentario más largo pero tengo ansias por leer el proximo así que me voy por el proximo capitulo. Besos @_gemmaf

    ResponderEliminar

Comentarios con insultos o palabras malsonantes serán eliminados.