jueves, 19 de julio de 2012

*Capítulo dos.

¡Hola! Bueno, quise subir ayer, pero he tenido un problema con el capítulo que tenía guardado y escrito ya, por lo que se me borró entero, y he tenido que escribirlo otra vez. Espero que les guste y que me comenten su opinión. 
¡Ah! Añadí una nueva etiqueta arriba, al lado de los capítulos. Ahí pondré a las personas que vayan saliendo en mi historia. Les recomiendo que se pasen y sepan quiénes son realmente Anne y Monna, dos chicas que se van a ver involucradas varias veces en esta historia. Les animo a que me digan si quieren participar en ella, y sus nombres quedarán grabados en esa pestaña con los demás. 
Y le quería dedicar este capítulo a Ana y a Lucía, que en este momento se encuentran juntas, pasando unos cinco días maravillosos. ¡Os quiero! 
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Me paré antes de entrar a la clase. No había nadie en los pasillos, todos estaban ya acomodados en sus respectivas aulas. Tragué saliva, algo me daba mala espina. Toqué la puerta y un "adelante", se escuchó detrás. Abrí la puerta y entré, con el semblante serio que me caracterizaba. Siempre había sido muy pacífica, no me gustaba llamar la atención, aunque mi piel blanca como la nieve hacía lo contrario. Sentí que todos las miradas se posaban en mí, en cada movimiento que realizaba. Le di la espalda a los rayos de sol que entraban por los ventanales de detrás de la mesa del profesor.
—Bueno chicos, ella es Lacie Menkaire, y es nueva en la ciudad, y en este centro—me miró con una sonrisa, después, dirigió la vista hacia los demás—espero que la tratéis como se merece. 
Quizás fuese mi imaginación, pero noté que ese "como se merece", tenía doble sentido. Por supuesto era sólo una alucinación, ya que nadie allí sabía de mi raza, menos dos chicos allí presentes, en el mismo aula. Me sentó en un pupitre vacío, al lado de una chica de cabello largo y castaño. Su expresión estaba seria, intentando calmarse interiormente. Sus ojos azules, tan profundos como el propio mar, se clavaron en mi boca, en los dos relucientes colmillos que sobresalían de ella con una pequeña sonrisa.
—¿Sabes lo que soy?—susurré, noté que se estremeció. Estaba nerviosa. Pensamientos bastante peculiares le rondaron la cabeza en ese momento. Se cuestionaba mi condición, se preguntaba qué demonios estaba haciendo yo allí, y su mayor preocupación: caer en mis manos.
—Eres una...purasangre—contestó temerosa. Volví a sonreír y la miré divertida. En seguida se quedó mirándome, de forma extraña. Y si no me mentían sus pensamientos, era la primera vez que se topaba con una purasangre, y no intentaba atacarla.—¿Qué viniste a hacer aquí?—inquirió.
—Estudiar, sacarme una carrera—fingí prestar atención al profesor—hacer...—la observé de reojo—...amigos—me mojé los labios con la punta de la lengua. 
—¿Amigos? No digas ridiculeces...—la miré, temió por su vida y por la de los demás chicos que allí había, y simplemente volví a sonreír.—Eres muy rara—comentó sacando un bolígrafo y apuntando lo que el profesor ponía en la pizarra.
—¿Por qué?—pregunté inocentemente, repitiendo esa acción.
—No creo que tengas intención alguna de matarme, cosa muy extraña en alguien como tú—susurró cerca de mi oído. 
—¿Hace cuánto que eres así?—pregunté observando la pizarra.
—Doscientos cincuenta años—contestó. Sonreí divertida.—¿Qué?
—Ciento ochenta y nueve—respondí. Abrió la boca en señal de sorpresa.
—Temporalmente soy mayor que tú—dijo sonriendo. De nuevo sentí una carcajada interior cuando la escuché pensar si después de ese comentario querría matarla. 
—Pero yo puedo dejarte sin extremidades sólo con mirarte—respondí serena. La miré después de eso, con el rostro divertido, mientras en ella sólo había una cara de terror muy notable. Reí por lo bajo y me centré en el resto de la clase.
Casi sin darme cuenta pasaron todas las horas de clases antes de la del almuerzo. Aquella chica no se había separado de mí, aunque me sentía bien pudiendo hablar con alguien allí, al que no tuviera notables ganas de matar. Por lo que pude saber sin que ella me dijera nada, se llamaba Blair Tromeains. Aquello me desconcertó, aunque no le dije el por qué.
Originariamente había cinco casas de purasangres, los que eran descendientes de los primeros cinco vampiros de la historia. De ahí por qué éramos purasangres. Los vampiros comunes solían ser convertidos por un purasangre, sin haber pasado un ritual para pertenecer al clan al que perteneciesen. Extrañamente, los primeros cinco vampiros de la historia, más conocidos como Gilbert Menkaire, Ortya Tromeains, Kret Lairmone, Vincent Frembail y Beatrice Swetaime, poseían poderes independientes los unos de los otros. Pero al ser los únicos vampiros, procrearon entre sí. Digamos que Ortya y Beatrice al ser las únicas vampiros hembra, eran la fuente de procreación de la raza de los vampiros. Gilbert, se cansó de tener sólo dos mujeres purasangre con las que procrear, por lo que por una serie de ritos y oraciones, consiguió convertir a un vampiro común en un purasangre. Helena Menkaire, su primera esposa. De las uniones anteriores con Beatrice y Ortya, salieron bebés, evidentemente de la raza vampira, pero con poderes diferentes a los que los demás poseían. Poderes que no hubieran obtenido si no hubiera habido intercambio de sangre entre los cinco purasangre. Fueron pasando los años y cada vampiro fundó su clan, tomando como ejemplo a Gilbert y Helena. Tuvieron quince hijos. Todos pura sangre, fieles descendientes del clan. Varios murieron a manos de los humanos, otros simplemente desaparecieron, y otros, tan fieles como Leo, el jefe de la casa donde vivía, se quedaron con Gilbert y Helena. A Ortya, Kret, Vincent y Beatrice les pasó lo mismo. Según tenía entendido, Vincent y Beatrice fundieron su clan en uno solo. Pero pronto desaparecieron. Todos habían seguido procreando con personas que no eran de su misma sangre. Como bien creo que habréis deducido, todos ellos eran hermanos, creados a partir de un experimento que salió mal. Las relaciones sexuales entre miembros de la misma familia ocasiona que algunos de los descendientes queden afectados de forma mental o física. Gilbert se percató de ello, y de inmediato avisó a los demás, después de encontrar y convertir a Helena. Pero Vincent y Beatrice hicieron caso omiso, se dejaron llevar por el amor irracional que los unía. Hasta que sus descendientes no eran vampiros comunes, ni purasangres, eran monstruos que jamás debieron existir. Beatrice se suicidó, y Vincent fue asesinado por uno de sus hermanos, pero jamás se supo quién fue el autor. Los descendientes de ambos fueron eliminados por Gilbert y Kret. Así que en ese momento sólo quedaban con vida Gilbert y Helena, con sus siete hijos. Kret y Olivia, con sus diez hijos. Y Ortya y James, con sus cinco hijos. Los tres son ambos clanes. Tan enormes, que una de ellos estaba sentada conmigo en aquel instante.
—No lo entiendo—dije de repente. Blair me miró con intriga.
—¿El qué?—preguntó.—Hay que hacer como que somos humanos, de ahí el que "comamos"—dijo haciendo las comillas con los dedos, tras esbozar una sonrisa.
—No es eso—le dije. Me miró y centré mis ojos en los de ella—si eres miembro del clan, ¿por qué no eres una purasangre? ¿Por qué llevas ese apellido y no te percibo como tal?—Blair suspiró y se limpió la boca con la servilleta.
—Aquí no es lugar para hablar de esto, vamos fuera—comentó. Dejé mi bandeja en la mesa y cuando nos íbamos a levantar, una voz nos frenó.
—¿No nos vas a presentar?—preguntó un chico detrás de Blair. Me aparté unos pasos para poder observarlo. Tenía el pelo castaño oscuro, algo largo, y le caía a mechones, no muy largos por sus rizos, por el rostro y alrededores. Tenía los ojos verdes, era aproximadamente una cabeza más alto que yo, y tenía varios tatuajes. Sentí un incómodo escalofrío cuando mostró una sonrisa, y giré la vista hacia otro lado, rezando porque fuera sólo el instinto de querer su sangre.
—Lacie, estos son Frank—el chico de ojos verdes me sonrió, volviendo a hacer que sintiera un incómodo escalofrío—y este es Arthur.—Pensé que sentiría lo mismo, pero al verle directamente, sonreí abiertamente, satisfecha de haber encontrado a otro más de los míos. Me tendió la mano, pero al fijar mis ojos en él, la apartó y se llevó una mano a la nuca, poniendo la misma cara que Blair cuando se dio cuenta de quién era.
—No puede ser...tú eres...—susurró. Asentí ligeramente, aún sonriendo. Frank lo tomó por los hombros y se acercó a mí.
—¿Os conocéis? ¿Conoces a esta preciosidad y no me la presentas?—preguntó. No sabía si eso era un cumplido, pero al notar que Blair carraspeaba, comprendí varias cosas. La primera, era que preciosidad era un cumplido. Uno que jamás había escuchado de labios de nadie. Y segundo, Blair sentía algo por Frank. Algo más que una amistad. 
Blair interrumpió aquella conversación que no supe manejar correctamente y me guió fuera del comedor. Allí nos reunimos con Arthur, quien retrocedió dos pasos atrás al verme. Miramos a los alrededores y no pareció haber rastro de nadie, ni siquiera de Frank.
—¿Dónde está?—preguntó Blair en un susurro. Me acaricié las puntas del cabello rojizo que llegaban a mi vientre, relamiendo mis labios de nuevo. Aquel chico, era diferente. Sabía toda su vida, de una pasada a su cabeza supe todo lo que escondía en ella, sus mayores miedos, sus grandes deseos. Sus pensamientos obscenos al verme aquella mañana aparecer en el aula. Todas sus novias, sus regalos, el día de su cumpleaños, lo que le quería comprar a Arthur y a Blair por sus cumpleaños. Todo.
—Acaba de irse a su casa—contestó.—Eres una purasangre—me dijo. Sonreí y me toqué un colmillo con mi dedo índice. Profundicé el roce hasta clavarme el colmillo en el dedo, y sentir como la sangre salía de ahí. Me acerqué y la pasé por su rostro, cerca de sus labios. Apartó su rostro con frunciendo el ceño, mientras resoplaba.—Hay más por aquí, no deberías hacer eso.—Sonreí divertida y me quité la sangre, observando la rápida recuperación de la herida que, ya había desaparecido.
—¿Cuántos?—pregunté. Arthur miró a Blair y esta me dio la vuelta, observando a todas las personas que comenzaban a salir del edificio.
—¿Ves a esa chica pelirroja de abrigo negro?—localicé a la chica. Asentí divertida al leer el pensamiento de Blair.—Anne Black. Convertida hace cien años por alguien del clan Lairmone. Es pacífica, pero cuando tiene hambre no se contiene. Creo que ha habido unas tres muertes por su culpa.—Sonreí. Me apetecía de repente conocer a aquella chica, pero Arthur se colocó a mi lado izquierdo.
—La chica de allí, pelo largo y castaño claro, con la camisa blanca. Monna Tromeains. Purasangre.—Suspiró antes de que la chica en cuestión, nos mirara. Blair y Arthur no soportaron la mirada, pero yo sí que pude. En realidad, ella fue la que la apartó de mí. Nuestro clan era el más poderoso, pues era el que más había aportado a nuestra raza. Desde conocimientos sobre lo que éramos, hasta normas por las que regirnos. Y otras miles de cosas, que ahora no nos interesan saber.
—Qué curso más divertido—solté. Ambos me miraron con una cara aterrada, mientras que interiormente estaba muerta en risa por todo lo que se les estaba pasando por la cabeza en aquel momento.—Tranquilos, no voy a hacer una matanza aquí ni nada.—Reí y Blair se sonrojó, dando a entender que eso se le había pasado a ella por la cabeza. Me percaté de que Frank se acercaba a nosotros.
—¿De qué habláis?—dijo al llegar. Me quedé mirando sus ojos, perdiéndome en la inmensidad que podían llegar a alcanzar. Transmitían seguridad, alegría, paz. ¿Calma también? ¿Quién podía sentir calma en un mundo como el nuestro? Me resultaba tan triste que fuera totalmente inconsciente de lo que éramos Blair, Arthur y yo. Él resultaba tan frágil delante nuestra, en nuestra presencia, que se me hacía la boca agua de sólo pensar en lo bien que sabría su sangre. Goteando lentamente por mi garganta, saciando todos los deseos que mi cuerpo deseaba en ese instante. Sangre. Aquella idea, demasiado tentadora, rozó mi cabeza. Me acerqué a Frank casi inconscientemente, acercándome peligrosamente a su cuello. Pasé la yema de mis dedos por el lugar, jamás me cansaba de realizar ese pequeño gesto en cada una de mis presas. Arthur se percató de lo que quería hacer, al ver que mis colmillos sobresalían más de lo normal de mi boca.
—Aléjate—dijo. Sonreí cerca del oído de Frank y le di un pequeño beso en la mejilla. Me giré hacia Arthur y me relamí los labios delante de su rostro.—Y no te vuelvas a acercar de esa manera a él.
—¿Hola? ¿Qué está ocurriendo?—preguntó Frank algo confundido. Me giré dispuesta a decir lo que quería, pero Blair me puso la mano en la boca.
—Nada, es que Lacie es muy cariñosa, y tu novio Arthur se pone celoso—contestó. Frank rió con su comentario y Arthur articuló algo como "repite eso y te enteras, idiota". No me gustaba sentirme inferior. No me gustaba sentirme ignorada. Llamadme niña, pero le pegué un mordisco en la mano a Blair. Sangre. Eso fue lo que pude ver antes de que Monna, la purasangre que vimos hacía ya rato, se acercara a mí por detrás. Arthur se llevó a Frank, éste último sin saber lo que pasaba, y varias personas que venían con Monna se colocaron alrededor nuestra. Blair no hacía más que mirar su mano y mirarme a mí. Los vampiros comunes pueden regenerarse, y curar sus heridas. Pero no tan rápidamente como los purasangre, a no ser, que el vampiro herido beba la sangre de un puransagre. Ya dije que tenía poderes curativos. La tal Monna retiró el pelo de mi lado derecho del cuello, y rozó su nariz por él, antes de pararse en mi oído.
—Aquí no hacemos las cosas así, Lacie—susurró. Anne Black, la chica pelirroja de antes, también se acercó, tomando la mano de Blair e intentando que con su sangre, cicatrizara más rápido.—No te atrevas a dañar a alguno de los vampiros de esta escuela, o te las verás conmigo.
—¿Eso es una amenaza?—me giré para verle la cara. Sonrió y yo también sonreí, irónicamente cabe decir.  Aquella situación me revolvía el estómago.—No deberías amenazarme, no precisamente a mí, si realmente amas tu vida como purasangre—comenté con una leve curvatura en mis labios.
—¿Piensas atentar contra mi vida?—preguntó.—No te creas que intento proteger a esa estúpida—dijo refiriéndose a Blair—lo que intento es que mi grupo, los recién convertidos, no se vuelvan locos por tus estupideces de jugar con la sangre.—Terminó de decir.
—Yo no juego con la sangre—respondí. Sonreí.—A mí me enseñaron a no jugar con la comida—respondí. 
—¿Cuántos te han permitido matar?—preguntó obviando el quejido de dolor de Blair cuando la herida comenzó a cicatrizar. Admito que se la hice bastante profunda. Creo que mis colmillos sobresalían por la parte opuesta de su mano. El olor a sangre impregnaba el lugar, y muchos de los allí presentes no podían actuar de una manera normal. 
—Dos por día—respondí. Me acerqué a Blair, dándole la espalda a Monna. Al acercarme ella se retiró dos pasos hacia atrás, pero la cogí del hombro y me acerqué a su oído.—No te acostumbres—respondí. Me mordí el dedo, dejando que mi sangre corriera por él, y después se lo puse en la boca a Blair. Ésta succionó lo suficiente como para que su herida cicatrizara al instante. Todos me miraron, con un gesto de sorpresa.
—Vaya, pero si es una purasangre amable—dijo con gracia uno de los que nos rodeaban. ¿Con gracia? No me gustaba que la gente se burlara de mí. 

La noche comenzaba a caer, en aquella ciudad anochecía tan rápidamente como amanecía. Todos los alumnos estaban ya dentro del edificio, sólo quedábamos nosotros fuera, los únicos que no éramos humanos. Aquel comentario, dejándome a mí, doblegada ante una burla, me sacó de mis cabales. Miré al autor del comentario, y con sólo encarnar un poco la ceja, tres de sus dedos cayeron al suelo, y con ellos el cuádruple de sangre que Blair habría podido soltar en todo el rato que estuvo con la herida en la mano. El chico me miró con ira. Dos de las chicas gritaron, y uno se acercó por detrás, intentando agarrarme del cuello. Nada más rozarme con el brazo, le arranqué el brazo derecho con sólo pensarlo. El chico soltó un alarido de dolor en mi oído, lo que me molestó, e hizo que le arrancara el otro brazo. Me di la vuelta, con la cara salpicada por la sangre, y una sonrisa divertida. Blair me cogió del brazo e intentó llevarme de allí, o los dejaría sin extremidades a todos. Antes de que nos pudiéramos alejar algunos pasos, Monna gritó mi nombre.
—¡Lacie!—exclamó. Me giré con la misma sonrisa que había adornado mi rostro antes.—Eres buena—dijo—una excelente rival.—Sonrió también.—Este curso será divertido—añadió cuando me di la vuelta. 
—Lo será—dije ya de espaldas, caminando de la mano de Blair. Y sentí otro alarido de dolor. 
—No hace falta que me dejes sin colegas—repuso. Frené y vi a la chica sin cabeza caer de rodillas al suelo.—Esta te la presto a ti, esa chica, y al moreno de antes, como cena.—Muchos empezaron a meterse en el edificio, mientras que el chico sin tres dedos, y el chico sin dos brazos, se quedaban al lado de Monna, esperando que ella los ayudara. 
—Muy amable—contesté sonriendo.—Déjala en un lugar donde la pueda encontrar después—dije. La sentí mover la cabeza en forma de afirmación, y me alejé corriendo con Blair, que se estaba muriendo del asco al ver el cerebro, y todos los demás órganos de aquella chica desparramarse en el suelo. El olor a sangre era insufrible, pero sabía que Monna podría arreglar aquel estropicio. Sin duda, aquel curso iba a ser divertido, muy divertido.
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10 comentarios:

  1. Me encanta, simplemente me encanta y cada dia tengo mas ganas de seguir leyendola :) besos

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  2. Se me olvidaba, me encantaría participar en la novela si tu quieres claro :)

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  3. Me encanta simplemente Maribel. *_*
    Yo participo para aparecer en la novela:$, me llamaria Emily Sweet aqui la foto https://twitter.com/laurabm__/status/226051077634658304/photo/1 y se me habia ocurrido aparecer en la historia, como alumna de la misma clase. Mi padre es vampiro y conocio a mi madre que es solo humana, por eso mismo la chica no es vampira del todo y solo lee la mente. Si me he equivocado en algo si te parece tu lo restificas;$, si no aparezco no pasa nada :) solo aporto lo que puedo:$:) besos, @laurabm__

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  4. Maribel, primero me encanta segundo que guay salgo en la nove como Anne Black me considero importante, vale ya. Amo eso de vampiro purasangre tu si , tu no y así. Quiero el siguiente♥!

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  5. Me ha encantado... El próximo capitulo lo estoy esperando ansiosa. Y me gustaría salir en la historia. Mi twitter : VioletBM_JBYRP.

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  6. El nombre: Rebecca Styles, me gustaría salir de humana y la foto: http://www.google.com/search?hl=es&client=ms-android-hms-tef-es&gl=es&biw=320&bih=189&tbm=isch&sa=1&q=violetta&oq=violetta&gs_l=mobile-gws-serp.12..0l5.64734.64734.0.66738.1.1.0.0.0.0.1015.1015.7-1.1.0.ernk_mobile..0.0...1ac.mPeXNg2HsME&mvs=0#i=9 . Soy VioletBM_JBYRP

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  7. IN-CRE-Í-BLE. ALUCINANTE, en serio. Ya me dirás cuando publicas libro y eso para comprármelo y para que me lo firmes :) Es que encima la música acompaña muchísimo... de verdad, sigue así que alegras el día a muchos (yo incluida) Un besaco enoooorme linda :D @23Live_andRare
    P.D. Si no es mucho pedir... ¿me podrías decir el título de las pistas? Es que en serio me he enamorado *-* MUCHÍSIMAS GRACIAS :)

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  8. Me encanta. Simplemente, maravillosa, enserio. Tengo muchisimas ganas de saber como sigue, de saber más. De verdad que vales para esto, cielo. Por cierto, leí tu TL y me parció perfecto todo lo que dijistes. A mi no me importan las escenas esas más dsagradables, pero está bien saberlo. Sé que no las vas a necesitar, pero si te hace falta y puedo, te ayudaré encantada. Un besazo, @feelyourdream.

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  9. ¡Tu historia me tiene fascinada! Es increíble la forma en la que te expresas, las escenas, los personajes, la idea de los vampiros purasangre y todo lo demás ¡es implemente maravillosa! La había leído ayer y me prometí que le iba a comentar apenas regresara de un asunto que iba a hacer pero llegue tarde y se me olvido por completo, pero igual solo quería que supieras que me encanta y que igual me gustaría demasiado salir en ella y si me preguntas claro que como purasangre :D Me encanta tu novela, es perfecta :) Sigue así, @thatsJuliette

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  10. Había comentado hace unos minutos en el capítulo anterior, hasta que vi que ya habías escrito éste. Quiero decirte que a cada capítulo mejora muchísimo más la historia. Es increíble toda la imaginación que debes tener para inventar todo esto. Te admiro la verdad. Me fascina que algunas sean purasangre y otros no. Encuentro que así llama mucho más la atención, además de que es más divertido. Como la escena que has escrito para el primer día de clase. ¡Estoy deseando leer más! Es un gran vicio. Además la forma en la que reacciona y se comporta Lacie con Frank, me hace pensar muchas cosas...
    Me gustaría mucho participar a mí también, básicamente cuando lo he leído me ha encantado la idea. Sería más que increíble poder participar y sentirme una más. Pero entiendo que quizá vayan a participar otros, así que si no es así, no pasa nada. ¡Avísame! @whispersloudly_

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