sábado, 21 de julio de 2012

*Capítulo tres.

¡Hola! Aquí estoy de nuevo. Quisiera aclararos algo antes de nada, las cosas que vengan en cursiva y entre comillas, son recuerdos, ¿sí? Sólo lo pondré así cuando sean conversaciones. Y aparecerán mucho a partir de este punto, un punto crucial por cierto. Veo que algunas estáis sacando conclusiones sobre qué es Frank para Lacie, aunque ¡hum! no puedo deciros nada. Espero que disfrutéis el capítulo y, mirad la sección de personajes secundarios, ¡añadí dos más!
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—¿Se puede saber de qué vas?—preguntó Blair cerrando la puerta con un portazo.—¡No puedes quitar las extremidades de la gente que a ti te viene en gana! ¡Te echarán, te culparán de esto, Lacie! ¡No puedes llamar la atención de esta manera! ¿Es que no te lo han dicho ya?—le tapé la boca antes de que siguiera gritando.
—Baja la voz, se va a enterar todo el mundo—contesté con el rostro serio. 
Se nos estaba haciendo un poco tarde, ya que cuando nos alejamos de Monna, nos encontramos con Arthur y Frank en el comedor, y tuvimos que salir corriendo de nuevo, para quitarnos el olor a sangre, y también las salpicaduras que tenía en la cara de cuando le quité el brazo a aquel chico. Blair se fue a duchar, y yo me quedé sentada encima de su cama, esperándola mientras observaba la habitación. Por lo visto tenía que compartir habitación con ella, y eso me alegró interiormente. Pero lo que hice con ella, delante de Monna, cuando le hice la herida... no debí darle mi sangre. Me prometí que nunca le daría mi sangre a otra persona que no fuera Jazyla, la única persona a la que quería de verdad. Pero ella, Blair... me recordaba demasiado a ella. Desde su forma de mandar, de imponer las leyes, de reír, de asustarse, de temblar, hasta su olor... 
Jazyla era como mi hermana. Vivía conmigo, siempre estaba pendiente de mí, y jamás se apartó de mí, ni siquiera cuando la convertí. La historia con Jazyla, viene desde que ella era pequeña. Nos conocimos cuando tenía ocho años. La encontré perdida en la ciudad, y me pidió que la acompañara a buscar a su madre. No pude decirle que no, y fui a buscar a su madre con ella. Su madre estaba muerta. Y esa era la única familia que le quedaba. Por lo que pude deducir al examinar el cuerpo de su madre, es que la había asesinado un vampiro. Temí que Jazyla me tuviera miedo y se alejara, porque he de reconocer que en una tarde le cogí gran cariño a esa chica. Pero supo aceptar que no todos los vampiros son malos, que no todos matamos por matar, aunque todos lo hemos hecho. Aprendí a quererla, y a protegerla por todos los medios que tuviera. Cuando cumplió los trece años, después de vivir conmigo desde los ocho, me pidió que la convirtiera en vampiro. Leo no me lo autorizó, ya que era muy joven, y podría tener efectos secundarios en su cuerpo, por lo que esperamos hasta los dieciséis. Y justo el día de su cumpleaños, la convertí. 


                                    ¡Corre, maldita sea! Frank, déjame, déjame aquí, ¡lárgate!


Pegué un pequeño salto en la cama cuando esas palabras llegaron a mi mente. Una gota de sudor frío recorrió mi rostro hasta mi mentón, y mis ojos se clavaron en ninguna parte, mientras esas palabras seguían retumbando en mi cabeza. ¿Frank? Era una parte del sueño que nunca había visto, quizás, esa imagen, aquel chico, Frank, quizás él sea...
—¿Lacie?—Blair me dio en el hombro, por lo visto llevaba llamándome un rato.—¿Estás bien?—asentí.—Vale pues, ve a ducharte, hace un rato que terminé y no nos queda mucho tiempo antes de que empiece la cena.
Cogí mis cosas y me metí en el cuarto de baño. Me quité la ropa y me acaricié el cabello durante unos minutos. Finalmente, me quité aquel recuerdo de la cabeza y me metí en la ducha. Salí y me vestí, y al peinarme vi que tenía el pelo rizado de nuevo. Puse morros frente al espejo, no me gustaba que se quedara así. Pero Blair pegando golpes en el cristal de la puerta no ayudaba, así que me recogí el flequillo y salí.
Blair me agarró de la mano y me sacó de la habitación casi arrastras. Mientras íbamos hacia el comedor, me fue enseñando aquella parte del edificio que no conocía. Eran casi todas habitaciones, y estaban mezclados tanto los hombres como las mujeres. Pensaba preguntar cuál era la habitación de Frank, pero no me pareció adecuado, no cuando Blair se estaba preguntando interiormente si estaba lo suficientemente presentable como para que él la viera. 
Llegamos al comedor y cogimos las bandejas y empezamos a coger la comida, antes de reunirnos en la mesa con Arthur y Frank. 
—¿Qué ha pasado cuando Arthur casi me arrastra antes? No me lo quiere contar—dijo Frank nada más sentarnos en la mesa.—Blair, cuéntamelo.
—¿Contarte qué?—preguntó ella inocentemente, mientras cogía los cubiertos y comenzaba a comer de la ensalada que había cogido.
—Lo que ha pasado—respondió Frank mirándola fijamente.
—No ha pasado nada—contestó Blair con una sonrisa.
—Sí que ha pasado—volvió a decir Frank.
—Pero mira que eres pesado—inquirió Arthur.
—No lo sería si me lo contáseis—dijo Frank. Me miró—Lacie, cuéntamelo tú.—Blair me dio un codazo por debajo de la mesa, sonreí y asentí. No pensaba contarle a aquel chico que, particularmente me interesaba tanto, que había dejado sin brazos a un chico, a otro sin tres dedos, y había matado a otro con sólo pensarlo.
—No ha ocurrido nada—contesté.
—Mierda, le habéis lavado el cerebro a ella también—dijo. Blair rió y Arthur movió la cabeza con gesto cómico. Frank sonrió al ver que no probaba bocado, se levantó y se sentó a mi lado, pasando su brazo por encima de mis hombros.—Vamos, Lacie—susurró en mi oído—cuéntamelo.—Miré hacia Blair, quien estaba apartando la mirada de nosotros, y Arthur se aclaró la garganta con gesto de incomodidad, la misma que sentía yo en ese momento. Los escalofríos aumentaban, y mis ganas por saber a qué se debían también. Me puso el cuello cerca, demasiado cerca. Iba a perder los estribos, a no ser que se levantara de allí.
—Aléjate—pedí en un susurro. Frank me miró extrañado y negó—Aléjate Frank—pedí de nuevo.
—No me iré de aquí hasta que no me lo digas—susurró en mi oído. Apreté los puños y cerré los ojos, intentando tranquilizarme. Suspiré y volví a abrirlos. Blair ya había fijado la mirada en mí, y estaba pensando si estaba bien. Negué rápidamente, estaba volviéndome loca su olor, ese maldito olor que no podía tener, porque algo me decía que eso estaba mal, que no podía hacerle nada a ese chico. Blair se limpió la boca con la servilleta y se levantó, cogiéndome de la mano y alejándome de Frank. 
—Ya vale por hoy—dijo seria cuando Frank iba a comenzar a quejarse.—¿Estás bien?—susurró. Negué mirando al suelo.—Está bien, vamos fuera, necesitas tomar aire.
Salimos fuera, y el tomar aire fue la excusa más tonta que jamás había oído para decir tomar la auténtica cena. Sangre. Busqué con la mirada del cuerpo de la chica que me había prometido Monna hacía una hora, pero en su lugar, hallé a Juliette. 
—¿Qué haces aquí?—pregunté al verla de espaldas. Su pelo castaño, tan claro, se veía precioso a la luz de aquella luna. Llevaba una falda blanca, y una camiseta de tonos morados, o eso me pareció ver en aquella oscuridad. Era su conjunto favorito. Era capaz de reconocer su olor por muy escondida que se pudiera encontrar.
—Guardo tu cena para que nadie se acerque—contestó dándose la vuelta y, en menos de un segundo la tenía a mi lado, abrazándome. Sus ojos azules se posaron en los míos, mientras ella me sonreía de forma tierna.  Escuché a Blair pensar quién era esa chica.
—Ella es Juliette Menkaire, una de mis hermanas—dije alejándome de Juliette.—Ella es Blair—las presenté a ambas. Juliette sonrió y Blair se escondió detrás de mí.—Juliette, ¿estudiarás aquí?
—No—contestó.—Vengo a hablar contigo sobre ese tema—miró a Blair—tú sabes cuál. Tengo información.—Abrí los ojos como platos y Blair se acercó a mi oído.
—¿Qué ocurre?—preguntó.
—Lárgate—contesté sin mirarla.
—¿Qué?—inquirió.
—Que te vayas, que me dejes sola con Juliette, fuera—contesté extremadamente borde. Blair asintió y se fue.—¿Qué sabes? 
—Está aquí—respondió.
—¿Quién es?
—Claramente no te lo voy a decir—rió y la miré seria.—No es por mí, Leo me lo prohibió.
—Este es un tema personal, no parte de un juego...—me interrumpió.
—Estoy a su merced, y tú también. No te lo diré y punto.—contestó.—Y no intentes mirar en mi mente—dijo y aparté mi mirada de la suya—no sé el nombre. Lo tengo en un papel, para no correr el riesgo de que lo descubrieras así. Sólo sé que está aquí.
Me di la vuelta y caminé hasta el edificio. Y escuché como Juliette se apoderaba del cuerpo que Monna me había ofrecido. Aunque eso me alegró, así no tenía que esforzarme en alimentarme de sangre que no quería.
Salí en busca de Blair, y me topé con Emily. Su cabello rizado y la mirada penetrante que me lanzó. Aquella chica parecía mucho más inteligente que el resto de vampiros que danzaban en esa escuela. 
—¿Has visto a Blair?—le pregunté.
—No—contestó.—Pero en el jardín delantero está Frank, puedes preguntarle a él—añadió. Asentí y la noté saltar a la copa de un árbol sin esfuerzo alguno. 
Pensé en Jazyla antes de acercarme a Frank, quien estaba leyendo un libro. 
"
No quiero que tengas novio.
¿Por qué Jazyla?
Porque no quiero que quieras a nadie más que a mí.
Jamás querría a nadie más de lo que te quiero a ti.
¿Entonces por qué Leo dice que jamás has dejado de amar a Frank?
"
—¿Puedo?—pregunté cuando Frank levantó la mirada hacia mí. Asintió.—Lo de esta noche, yo...—me interrumpió.
—No es nada—dijo. Parecía distinto, ¿le habrían dicho que era vampiro? Hurgué en su mente y no hallé nada, así que suspiré tranquila.—¿Puedo hacerte una pregunta?—asentí.—¿Crees en los fantasmas?
—¿Fantasmas?—pregunté mirando la portada del libro. Era un relato de terror sobre fantasmas, "El hotel encantado" de Wilkie Collins.—No—dije finalmente.—¿Y tú?
—No mucho—sonrió.—¿Y en los vampiros?—me quedé callada. Suspiré y reí.
—¿Tú crees que existen?—pregunté con una mueca divertida.
—La verdad es que sí—contestó.—Me creo todos los mitos de vampiros. Me apasionan.
—¿Y si te toparas con uno?—pregunté mirando al cielo.
—Sin duda me encantaría enamorarme de chica vampiro—contestó cerrando el libro. Reí y miré al cielo, apoyándome en el árbol con él.
—Apoyaría esa relación—dije. Sonrió y me miró.
—Me alegra eso—comentó.—Pero no has contestado a mi pregunta.
—Sí que creo en vampiros—dije intentando que el tema se acabara lo antes posible.
—¿Y lo de los ajos te lo crees?—preguntó con una sonrisa.
—Por Dios, ¡no!—dije riendo.
—Yo tampoco, es demasiado patético que le teman a un ajo—comentó.—Los pies de Arthur huelen peor, créeme—añadió. Solté una carcajada. 
                              
                                  ¿Por qué me haces esto? Yo te amo, Lacie, no me dejes...


Me quedé seria de nuevo, mirando a la nada. Esa maldita voz, ese recuerdo, jamás me había pasado algo así. Siempre tenía la misma pesadilla, siempre me invadía el mismo recuerdo, pero aquel día me estaban viniendo sueños, recuerdos distintos. Todos relacionaban a un tal Frank, alguien al que debí querer mucho, porque cada vez que escuchaba mi voz lejana, desgarrada pidiendo que se fuera, hacía que mi corazón se desgarrara, que sangrara interiormente. Y la voz del chico, la voz de amor, ¿enamorado? Podría ser, esa voz me dañaba el alma, aquella que creía que aún poseía en esta vida. 
—¿Estás bien?—preguntó tras varios minutos. Asentí—¿tienes frío?—preguntó. Le miré, sólo hice eso, le miré, y cuando me di cuenta, estaba abrazándome.—Tienes las manos heladas, por Dios—agarró mis manos, intentando darme calor. Una cosa algo difícil, dado que mi temperatura corporal era siempre la misma, y no sentía ni el frío ni el calor.—¿Entonces aceptarías mi relación con una chica vampiro?
—Sí—contesté sin despegarme de él. Suspiraba tan quietamente como podía, no quería perder el control, no cuando algunas cosas en mi mente y en, lo que parecía ser mi corazón, se estaban aclarando.
—Yo también aprobaría la tuya con un chico vampiro—dijo.—Aunque estaría celoso—sonrió. Sonreí sin despegarme, y me acerqué más a su cuello, encajando mi frente en éste, y apoyando el resto de la cabeza en su hombro.—Estás helada, de verdad, parece que estás más muerta que viva—susurró con una sonrisa. Y aquello era verdad. Siempre me había preguntado la razón por la que podía matar o mutilar a tanta gente con una sonrisa. Y era por eso. Quizás no me quedaba ni alma, ni corazón. Quizás sí que estaba más muerta que viva. 


    
     Dejé de vivir hace tiempo... el día en que me enamoré de ti, Frank... el día en que te entregué mi corazón.

13 comentarios:

  1. OMG!! El capitulo ha sido perfecto... Me ha encantado. Soy: VioletBM_JBYRP. Sigue así, es perfecta la historia.

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  2. Me encanta!!! ;) <3! Como siempre. Tus historias son sdhlahdflhdadhlahalhdladhald! ¿Me entiendes? ;) JAJAJA! Sigue así.

    Espero mi aparición, jejjeee!

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  3. Increible de verdad, no entiendo como puedes tener tanta imaginación, yo no sería capaz. Te he puesto un tweet con el nombre y todo lo demás de el personaje :)

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  4. Estoy empezando a sospechar algo ....... puede que este en lo correcto puedo que no ya veré :) me han gustado los caps ! Siguela asi de buena! c: -@Smilelike1DemiC-

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  5. Envido tu forma de escribir y la imaginación que tienes jo , me ha gustado mucho es la unica novela que leo que no es de 1D y esta bien leer cosas distintas, siguiente ! <3
    @bradfordbadguy

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  6. Me encanta, me he leído los tres capítulos hoy y es adhsigsiqnskwkjs sigue así. Soy @PaulasMind

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  7. TU NOVELA ES TAN LDSKFHAJDFKSHKJGD, literalmente. Igual yo ya sospecho algo de lo que pasa aquí con el asunto de los recuerdos, Frank y también algo de lo que le dijo Juliette (osea yo, aksjdhgjkgfjkvsadl, eso). Y, bueno, ¿que más necesitas que te diga? eres una escritora genial, tu novela se esta convirtiendo en una obsesión para mi, podría abrir tu blog al menos unas 20 veces al día esperando a que subas nuevo capitulo aunque apenas hayas subido hace media hora, y créeme que no me he emocionado tanto con una web novela desde hace tiempo. No quisiera asustarte con mis comentarios de lectora obsesionada pero es la verdad, no lo puedo evitar :c

    Bueno, creo que eso es todo, tu novela es hechizante, sigue escribiendo así que aquí tienes a esta fiel lectora :)

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  8. ¡Joder! Me ha encantado... Es más, me ha fascinado este capítulo. Parece que las cosas empiezan a salir. Aunque por otro lado, sigo sin entender el pasado de Lacie, ni quién es ni qué tiene que ver Frank. Pero estoy segura de que con el transcurso del tiempo, y de como se vaya desarrollando la historia, entenderé todo :) Yo también envidio (envidia sana, claro está) la forma de escribir y la gran imaginación que tienes. Yo jamás llegaría a tener tanta... ¡Avísame! Muero de ganas por leer más <3 @whispersloudly

    PD: Leí el tweet que me escribiste ayer sobre que tengo qué hacer para poder aparecer en la historia. Te lo agradezco muchísimo. ¡Luego te responderé por aquí! Y te enviaré todo lo que me pediste.

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  9. Me ha encantado kjhfjhgaefjkgaswjfgajf, en serio, es genial, escribes genial y espero ansiosa al próximo capítulo. :33

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  10. Me ha encantado el capitulo bueno eso es decir poco porque me fascino, quiero el siguiente yaa pero quiero saber más sobre el pasado de Lacie y si Frank es el mismo. Siguiente amor♥

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  11. SUUUUUUUUUUUUUUUUUUBEEEEEEEEEEEEE >:C

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  12. Oooooooooooooooooooh| cada vez que leo un capitulo me acabo enamorando más o más de la historia @Wordless *_*

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  13. El otro día no me iba internet y no pude leer el capítulo 3, pero hoy sí y BUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUUAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH DIOSSSSSSSSSSSS DAME UN FRANK POR FAVOR!!!!!!!!! Qué bonito todo, con su intriga, su misterio, ese amor y a la vez esa "fraldad" Joder, me encanta <3 <3

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