martes, 17 de julio de 2012

*Capítulo uno.

                                                
                                                 Corre...corre...corre o te mato. 


Abrí los ojos, empapada en sudor frío. Me senté en la cama, quitándome el resto de aquella pesadilla de la frente con la manga del camisón. De nuevo ahí estaba esa horrible pesadilla. Pero que no había sido sólo una pesadilla. Era un terrible recuerdo, que desde hacía años, desde que me convertí en...el monstruo que era, me perseguía cada noche. Me levanté de la cama y me dirigí al balcón que había en la habitación. Me quité el camisón, y me quedé en ropa interior. Tenía la vaga sensación de que iba a ocurrirme algo, tenía la sensación de que las cosas no iban a ser tan fáciles como habían sido estos últimos cincuenta años.
Noté que alguien estaba observándome, con la puerta abierta. Lo sé porque pude percibir el sonido de sus pensamientos. Creo que una de las cosas que nos envidiaban el resto de nuestra especie, a los purasangre, era que podíamos leer sus pensamientos y controlar sus actos, siempre que quisiéramos. A pesar de que nada me cubría los pechos, no me intimidó, y mucho menos me avergonzó, sentir que alguien cerraba la puerta, quedándose aferrado a ella, como si estuviese a punto de ser asesinado.
Seguí mirando la luna, y me entraron ganas de comer. Observé al sujeto que había entrado a mi habitación, todavía aferrado al pomo de la puerta, como si en cualquier instante se fuera a echar a correr. Es entonces cuando me cuestioné la presión que sentía un vampiro normal, cerca de nosotros. Teníamos el poder de matarlos, si así era nuestra voluntad, en el acto de mirarlo, solamente. Podíamos torturarlos, o utilizarlos como si fueran muñecas. Jamás se quejarían. No si, al menos, apreciaban su vida.
 Señora, yo no quise interrumpir su hora de descanso...  dijo con la voz entrecortada. Dejé de mirar el paisaje y me acerqué a él. Sentí como abría lentamente el pomo, pero al clavar mi mirada en sus ojos, paró, y dejó sus manos quietas.
— No me molestaste  dije en un susurro, ya cuando me había acercado a su oído  en realidad, viniste en un momento perfecto  expliqué. Noté cómo sonreía, y para mis adentros volví a pensar lo bien que podíamos manipular a especímenes como él, recién llegados al mundo de la sangre y los colmillos. ¿Cuánto aguantaría cuerdo?
El olor de la sangre los primeros días es insoportable. Quieres sacarla de donde, incluso no la hay. Aunque, los purasangre no tenemos problema en eso. Nunca sufrimos escasez de sangre. Jamás. Pasé las yemas de mis dedos por el lado derecho de su cuello, y noté como la sonrisa se borraba de su cuerpo. Quizás podía matarlo. Pero lo haría y, probablemente quisiera más. Eso era lo realmente malo de ser vampiro. Que jamás te cansas de beber sangre. Ya puedes matar a medio planeta, y seguirías sin saciarte.
Lo único que recuerdo después de tantear mi terreno en su cuello, es sus gritos pidiendo que parara, y cómo los latidos de su corazón fueron cayendo en picado, hasta que se paró, y su cuerpo lucía como una masa de carne sin nada de líquido dentro. Lamí con mi lengua una pequeña gota de sangre que se deslizaba por mi labio, y sonreí maliciosamente. En menos de diez segundo había un chico en mi puerta, llamando tímidamente para llevarse el cadáver. En ese momento entró Jezyla. Me miró, o eso sentí, mientras me tumbaba de nuevo bajo las sábanas.
 No puedes ir matando a quien a ti te de la gana  me reprochó acercándose a la cama. La miré, con esa mirada que hace que todos teman por su vida. Aunque con ella no podía aguantarla. A ella sería incapaz de matarla. Por más que la odiara, o por más daño que ella me hiciera. Era como de los míos, aunque valía en realidad, tan poco como aquel chico al que acababa de succionar la vida.
 En realidad sí que puedo  contesté acomodándome la almohada bajo el rostro.  Eso es lo que hacemos los vampiros. Matar a quien se nos antoja, en el momento que nos de la gana  proseguí. Noté un peso a mi lado y me giré para ver como Jezyla se había tumbado a mi lado, mirando al techo.
 En realidad nadie hace eso, salvo los purasangre  suspiró.  Os saltáis centenares de leyes cada día, y no os importa en absoluto - reí a su comentario.
 ¿Qué van a hacernos? Ellos ponen las reglas, nosotros el control  contesté.  Somos tan escasos, que el poder que tenemos los pocos que vivimos aún, es descomunal. No nos matarían, así fuera una orden que hubiera que cumplir sin reproche  le sonreí y me devolvió la sonrisa.
Se relamió los labios, sabía lo que quería, sabía qué me pedían sus ojos cristalinos a la luz de aquella noche invernal, sabía que no hacía más que pensarlo, porque la estaba escuchando, para que yo diera el paso. Saqué la muñeca de debajo de la sábana y se la coloqué pegada a los labios. Susurró un gracias, y noté sus colmillos penetrar en mi cuerpo. Si por las leyes fuera, y ella estaba al tanto, esto no lo podríamos hacer, ya que era algo ilegal en nuestro mundo. Morder o atentar contra un purasangre, estaba totalmente prohibido, ya que si nos lo propusiéramos, podíamos acabar con todos los vampiros que no compartieran la sangre pura. Pero, ¿qué tendría de divertido ser vampiro sin poder observar como algunos no pueden con la presión de pasar al lado de algo con vida sin matarlo? Ver como se vuelven locos con el más mínimo olor a sangre o a animal. Algunos llegan a morderse a sí mismos hasta morir.
Noté como Jazyla se separaba de mi muñeca y le daba un último lamido a los dos orificios que ahora había en ella. Siempre habían dicho que la sangre de uno de los nuestros sabía demasiado bien. Era algo mayor, era una sangre que era capaz de curar cualquier malestar en un vampiro común. Por eso, a la única que le daba la mía, era a Jazyla. Era algo débil, ya que hacía poco que había entrado a nuestro mundo. Pero gracias a mi sangre ella no enloquecía. Tenía dieciséis años cuando la convertí personalmente. Así lo quiso ella. Ahora hace ya cuatro años de eso, y como esperaba, gracias a mí casi puede vivir como un vampiro normal. Aunque eso es siempre lo que le he prometido que ocurriría, varias veces me he replanteado la idea de hacerla entrar en nuestro clan. Sería una purasangre. Tras varios rituales, podría serlo. Y no tendría que estar alimentándose de mi sangre en un momento de debilidad, simplemente, porque ya no los tendría. La debilidad desaparecería de su cuerpo, podría obtener nuevos poderes. La pequeña, y única pega, era que ella no quería.
— ¿Estás nerviosa?  preguntó. Negué con la cabeza, y me estiré en la cama cuando vi que el sol comenzaba a asomarse.
 Es algo que he hecho muy a menudo  contesté.  Ir a una escuela, estudiar, sacarme otra carrera más, e intentar que no me descubran como vampiro  dije. Me dio un ligero beso en la mejilla, y noté como se sonrojaba.  Es injusto  dije de repente.
 ¿El qué?  preguntó indecisa al oír mis palabras. Me acarició el cabello que caía hasta mi vientre, y después acarició uno de mis múltiples tatuajes.
 El que tú no vengas a la escuela  la miré  será aburrido sin tus regañinas estúpidas todo el día  contesté. Reí cuando se cruzó de brazos, pero finalmente ella también rió.
Me levanté de la cama y fui hacia el armario, sacando la ropa que me pondría. Estaba segura de que aún faltaban un par de horas para el inicio de las clases, pero tenía hambre aún. Salí de la habitación, ya vestida, y todos me dieron los buenos días, mientras bajaban mis cuatro maletas a la entrada. Entré a la habitación que tenía justo enfrente, donde se hospedaba el jefe del clan.
— Pasa  escuché detrás de la puerta. Sonreí y entré lentamente. Estaba de espaldas a la puerta, observando el paisaje, y una vez me había sentado en la silla, que había justo enfrente del escritorio, se giró para mirarme.  Puedes matar a uno, quizás y, como mucho, dos por día. Podrás mantenerte así todo el curso.  Asentí.  No es la primera vez que haces esto, Lacie. Sé que te controlarás. Para eso eres un miembro del clan Menkaire. Pero quiero que me escuches atentamente  abrí los ojos, intentando no perder ningún dato de los que me pudiera aportar en aquel momento  hay vampiros en la escuela a la que vas. No te diré si son comunes, o son como los nuestros. Eso deberás averiguarlo tú, sabes que me gusta hacerte los cursos entretenidos  sonrió ligeramente.  Ven  me levanté rápidamente de la silla y me senté sobre él.  Hueles a sangre...  me miró  ¿a cuántos has matado en la noche?
- Sólo uno, estaba desganada  comenté.  Aunque ahora iba a salir a ver si desayunaba uno o dos  dije. Me sorprendía de mis propias palabras. Creed cuando digo que jamás hablaba así, a no ser que estuviera con él. Era simple, o eras sincera, o tu mente te delataba.
 Muerde - susurró en mi oído poniéndome el cuello a una altura considerable, cerca de mis labios.
Me tomé la libertad de oler un poco el aroma que tenía, de nuevo paseé la yema de mis dedos por el lugar, marcando el territorio. Me encantaba hacer eso en mis presas. Aunque en esa ocasión la presa era yo. Clavé mis colmillos y empecé a succionar sangre. Lo hacía lento, disfrutando, tanto él como yo.
Si por normas nos rigiésemos los purasangre, tal y como opina Jazyla, esto tampoco lo podríamos hacer. Aunque seamos de la misma clase, no podemos mordernos unos a otros. Pero era algo que no nos importaba, al menos a nosotros dos. Cierto que él no fue quien me convirtió a lo que era, fue otra persona de la que ya hablaremos más adelante. Pero había una confianza enorme entre nosotros. Ya no sólo porque tuviera acceso a todo lo que pasaba por su mente, y él a lo que pasaba por la mía. Sino, que llevábamos tanto tiempo conviviendo así, siempre cerca, que ya habíamos desarrollado aquella confianza. Pero aun así, si tuviera que matarlo, si no me quedara más remedio, lo haría. Repito que a la única persona que no mataría jamás, sería a Jazyla. Aunque estoy segura de que ese pensamiento también habría rondado alguna vez la cabeza de él, porque él no tenía a nadie a quien proteger, que no fuese a sí mismo. Y si para ello tenía que matar a alguien de su clan, dad por hecho que lo haría, sin remordimiento alguno.

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¿Qué les pareció? Denme su más sincera opinión, puesto que por vosotros escribo, y si no os gusta, ¿de qué serviría? Ya que estamos puestos, me gustaría que me dejaran su user aquí, de Twitter, y yo les avisaré de cada capítulo. 
Ah, y decirles que, si al menos no hay diez personas que quieran leerla -y no los estoy presionando- no la haré. Sino, que borraré el blog y pensaré en otro tipo de historia. 

18 comentarios:

  1. Pues a mi me encanto, soy @iamunbrokengirl :) síguela por favor.

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  2. Es increíble. Quiero el segundo capítulo. <3! ;) Gracias por avisarme.

    @crazy_of_love_4

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  3. Perfecta, me encanto...como todas tus novelas...soy @dreamederos <3

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  4. Hola en vez de comentarte sol te comentaré yo porque ella está en Irlanda!

    me ha encantado como tu anterior novela enserio espero y creo que mas de diez personas quieran leerla <3
    @bradfordbadguy

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  5. Me ha encantado, esta historia pinta un montón de bien, va genial:D
    ¿Cuál es la canción que pones?
    Gracias por avisarme:)
    @laurabm__

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  6. Si me ha gustado pero el principio me costo un poco entenderla pero ahora ya esta porfavor sube el siugiente! a mi ya me avisas en twitter soy @gemmmaf
    xx

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  7. Me encanta, jo. Espero que sugas el siguiente, de verdad. Está genial. Un besazo, @feelyourdream :3

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  8. Wow ! ..... es diferente....me gusta lo diferente :} se ve que es una historia fría pero que historia de vampiros no lo es? Siguela ! soy @Smilelike1DemiC .

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  9. LA A-DO-RO A MÁS NO PO-DER *-* Eres genial, en serio. Voy leyendo y hasta se me ponen los pelos de punta y miro atrás jajajaja! @23Live_andRare :)

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  10. ME ENCANTAAAAA! Porfavor siguela porque seguro que va a ser increible, pero intenta que esta sea un poco mas larga que la otra pofaa :D @Dafne_Morci

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  11. Por favor el segundo capitulo... Me ha encantado mi twitter: VioletBM_JBYRP.

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  12. wowowow la he descubierto ahora y WOW. Sigueeee! :DD
    soy @IreSerano :) Voy a leer el cap dos! un besotee!

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  13. Joder, me ha encantado. Esta historia es tan diferente a la otra... ¡Siempre consigues sorprenderme! El tema de los vampiros me apasiona, teniendo en cuenta que me leí toda la saga de Crepúsculo más de dos veces. Pero bueno, eso no importa... Sólo decirte que espero que no dejes la historia, es muy buena :)
    @whispersloudly_

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  14. Me encanta, en serio. Soy @Nadweb28 :3

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  15. A mi me gustó. No suelen gustarme las historias de vampiros; esta me interesa. Seguiré leyendo los otros. Que estés bien.

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  16. Eres una artista, espero que pronto vendas algun libro porque yo lo compraría sin dudarlo *-*

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